Quizá porque desde antes de nacer estaba vinculada ya, a esta invaluable labor que representa el enseñar, es difícil para mí pasar por alto este día. En México hoy se celebra el día del maestro y si bien todas las profesiones tienen en sí mismas un importante valor, la del maestro en particular para mi tiene un valor especial.
Desde pequeña he estado muy cercana al contexto educativo, y no me refiero precisamente a mi papel como estudiante, sino a la labor de mi mamá. Mi madre es maestra de profesión, pero sobre todo es maestra por vocación. No sé si precisamente por este hecho, suelo tener un gran respeto, admiración y agradecimiento a mis maestros, aunque no a todos, sino a quienes lo han sido de verdad.
Definitivamente con el paso del tiempo me he dado cuenta que profesores hay muchos, pero maestros muy pocos. Hoy me vienen a la mente aquéllos maestros que desde pequeña me despertaron la inquietud por aprender, aquéllos maestros que con su ejemplo enseñan mucho más que con sus palabras, aquéllos que son fuente de motivación e inspiración para emprender nuevos proyectos.
Sin duda, existen muy pocos maestros de verdad, a los que yo llamo "grandes", en el más amplio sentido de la palabra. Comprometidos, responsables, modestos con sus saberes, dispuestos a entablar un diálogo con sus alumnos más allá del aula, sin miedo a que la relación maestro-alumno se quebrante, sino más bien se fortalezca. Aquéllos que forman alumnos y ciudadanos reflexivos, honestos, críticos, simplemente seres pensantes.
A esos maestros que desde mis comienzos en este mundo del saber estuvieron presentes, hasta quienes hoy en día siguen dedicando parte de su tiempo a mi formción, hoy les digo simplemente GRACIAS, por el tiempo y la paciencia dedicada, por su esfuerzo y por creer en nosotros sus alumnos.
"Excelente maestro es aquél que enseñando poco, hace nacer en el alumno un deseo grande aprender"
- Arturo Graf -
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